A diferencia de otros aceites vegetales, el proceso de extracción del aceite de palma es completamente natural, y es hecho por medio de un proceso mecánico desarrollado por prensas, unos aparatos de trabajo continuo que la presionan dentro de una camisa con perforaciones a través de las cuales sale el aceite.
Además, el aceite de palma proviene de cultivos que no han sido modificados genéticamente, lo que refuerza su carácter 100% natural.