Enfermedades como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes tipo 2 están vinculadas a la inflamación crónica. Una dieta antiinflamatoria, rica en frutas, verduras, pescado, grasas balanceadas y té verde, puede reducir la inflamación, disminuir riesgos y mejorar la salud. Limitar alimentos procesados, carnes rojas y exceso de grasas es crucial. Complementar con ejercicio, sueño adecuado y manejo del estrés es recomendado, pero siempre consultando con un profesional de la salud y adaptando la dieta según necesidades y preferencias individuales.
Esta y más información en el BOLETÍN NUM. 41 (2023)